Jornada lluviosa de pesca.

La verdad es que el día no nos acompañó se levanto el día grisáceo y amenazando llover. A las nueve recogí a dos de los integrantes de esta jornada y nos encaminamos al punto de encuentro junto a un intensivo del río Cadagua.


Allí nos esperaba un compañero más y parecía que el resto no acababa de llegar, que al final no aparecieron. Comenzamos a vestirnos y rompió a llover con intensidad, siendo la tónica general del día. La temperatura rondaría los 7 grados. Justo antes de iniciar la jornada entregamos los papeles del acotado, acreditando que la pesca se efectuaría sin muerte, ya que es necesario aseverarlo para poder efectuar esta modalidad.



Empezamos por abajo, pescando a ninfa unas bonitas corrientes y la verdad es que daba la sensación de que las truchas permanecían ausentes, alguna se les desenganchó del terminal y escasas capturas.


( A la garza seguro que se le dió mejor)

Un compañero redondeo el día ya que rompió el wader por la bota sin opción de reparación, finalmente mojado y helado de frío desistió del día de pesca, lo acompañé al coche a cambiarse y nos despedimos.

(Egoitz intentandoló)

Cuando regresé el panorama iba empeorando debido a que el río se estaba enturbiando provocado por el aporte de sedimentos de un arroyo tributario. Subimos a la parte de arriba menos tomada y en la cola de una tabla consiguieron hacer alguna captura más.. En las horas centrales del día, casi cerrando el horario del intensivo encontramos una zona del parado donde se cebaban unas cuantas de nuestras amigas. El lugar no estaba exento de dificultad tanto por la orografía como por el recelo de estas al hilo y a la imitación, a pesar de ello con pericia se contabilizó alguna captura más.


Como en todo hay que hacer balance positivo de la jornada, a pesar de la escasez de capturas y de la inestabilidad del tiempo, compartir un rato de pesca entre amigos siempre llega a ser divertido.