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a pesca sin muerte no deja de ser una opción más dentro del extenso y diverso colectivo del pescador recreativo, por ello es frecuente que las opiniones a este, y otros menesteres sean fuente frecuente de controversia y discusión, como premisa principal creo necesario contar con el respeto al prójimo como elemento fundamental, al fin y al cabo todos somos pescadores.
Devolver los peces a su medio no soluciona problemas de contaminación, de derivación de caudales para la producción de energía eléctrica, de perdida de habitat, de deforestación de riberas, de colmatación de frezaderos, de introgresiones genéticas furtivismo, lo que queraís... Tampoco funciona de manera equivalente en todos los lugares ni en todas las poblaciones de especies. No es milagroso y si se pretende recuperar nuestros ríos no es sólo pescando sin muerte como lo conseguiremos, pero si que ayuda, y muchos de nosotros conocemos de primera mano lugares en los que han conseguido que las poblaciones se hayan recuperado y los grandes ejemplares hagan acudir a gente de otros lugares en pos de ellos.
La pesca recreativa genera un recurso económico en la peninsula, pero es un recurso dirigido indirectamente al sector servicios, los peces sobre todo los grandes atraen al pescador desde zonas muy alejadas. El aficionado confunde la pesca recreativa con el llenar la cesta de peces, imaginaros un esquiador que se llevara la nieve a casa, es claro que el esquiador donde necesita nieve es en la montaña, y el pescador donde necesita peces es en el agua.
Por poner un ejemplo clarificador se realizó una encuesta en el río Narcea a 250 pescadores, de los que el "77% eran asturianos y el 23% restante procedía de otros lugares" la suma ascendió a un calculo 36 millones de euros al año, entre equipo, desplazamientos, hosteleria, permisos, licencias etc..
La pesca extractiva
En los tramos en los que la pesca es de tipo extractivo, la muerte de buena parte de los individuos de la población afecta fuertemente al conjunto poblacional, modificando sus pirámides de edad a partir de la talla legal de pesca, o disminuciones en el número de truchas por encima de esa talla entre el principio y el final de la temporada, que delatan la influencia que la pesca tiene en la estructura de las poblaciones de peces.
La pesca extractiva también influye en la reproducción (pérdida de importancia relativa de los ejemplares mejor dotados a la hora de frezar, en beneficio de reproductores de primer año cuya dotación genética apenas ha sufrido la criba de la Selección Natural), pudiendo llegar incluso a poner en peligro la propia supervivencia de la población.
Para que la pesca extractiva sea “sostenible”, es decir, se pueda mantener en el tiempo como modalidad de pesca aplicable a un determinado tramo fluvial sin “repoblaciones”, es necesario que exista un margen lo suficientemente amplio entre la “presión de pesca” (cupos, número de permisos diarios y extensión de la temporada que, en conjunto, suman el volumen total máximo de la extracción) y la producción natural.
Historia de la pesca sin muerte.
Este fenómeno es aún reciente a principos del siglo pasado un pescador inglés J.C. Mottram soltaba a los peces animado por principios fundamentalmente morales, en la misma época en EEUU sabemos con seguridad que pescaba sin muerte utilizando anzuelos sin arpón el estadounidense Harold T. Pulsifer, que en la segunda década de este siglo animaba a sus colegas a unirse a la hermandad de los que tienen como lema "los devolvemos vivos".
En mil novecientos treinta y seis, John Alden Knigth en su libro,"The Modern Angler", defendía la pesca sin muerte como una opción plenamente válida para el pescador que quiere seguir disfrutando de la pesca en sucesivos años. Por fin, en mil novecientos treinta y nueve, Lee Wulf escribe en su libro "Handbook of Freshwater Fishing" su famosa frase: las especies de pesca deportiva son demasiado valiosas como para que los peces sean capturados sólo una vez.
España por primera vez en 1979,se creó el primer coto sin muerte, el de Peralejos de las Truchas (Guadalajara). Andalucía es la primera comunidad autónoma en adoptarla sin excepciones, debido a la delicada situación en que se encuentran muchas especies, entre ellas la trucha. La medida adoptada con la trucha común en Andalucia, así como el establecimiento de cupos para las especies autóctonas, ha sido bien valoradas por la totalidad de los colectivos de pescadores, ya que "aumentarán las poblaciones existentes y sobre todo las posibilidades de pesca de ejemplares de mayor tamaño, contribuyendo a la vez a la conservación de especies muy amenazadas por la degradación de los hábitats y la proliferación de especies exóticas invasoras", primeras causas de la perdida de ejemplares endémicos.
Estudios en la pesca sin muerte.
Existen varios como el que realizaron Taylor y White en 1991 se manejaban unos porcentajes de mortalidad de menos del 6 % para los señuelos artificiales en su conjunto, algo menores si el único señuelo considerado es la mosca artificial.
Las diferencias de mortalidad observadas entre unos señuelos artificiales y otros no tienen generalmente otra explicación que el tamaño del anzuelo empleado. Pero el tamaño no es la única característica del anzuelo que tiene importancia en la mortalidad posterior a la suelta. Haciendo una diferenciación entre anzuelos con arpón y anzuelos sin muerte, los análisis estadísticos apuntan a que usando anzuelos sin muerte la mortalidad se puede reducir aproximadamente a la mitad, pescando con mosca y anzuelos sin muerte la mortalidad media a causa del "captura y suelta" no supera, en condiciones normales, el 2 %.
Otro de los estudios es el que Fernando Alonso realizó con la trucha común en la piscifactoría “Rincón de Uña” (Cuenca).
Uno de los factores que influye en la mortalidad sobrevenida tras la pesca recreativa
es el manejo que se haga del ejemplar capturado.
Mortalidad en devolución y consejos sobre como efectuarla correctamente.
La mortalidad en devolución es un factor especialmente importante en aguas sometidas a una considerable presión de pesca, en las que la probabilidad de que un pez sea capturado es elevada (como ocurre con la mayor parte de nuestras poblaciones naturales de trucha común). Parece obvio que si un número elevado de los peces que se devuelven al agua murieran posteriormente, no sería justificable imponer su devolución. Por otro lado, si la mortalidad no fuera apreciable, la población podría soportar una determinada presión de pesca sin ponerla en peligro. Por ello resulta imprescindible conocer la mortalidad que originan entre los ejemplares capturados las distintas artes de pesca, saber si existen diferencias significativas entre ellas, y evaluar los demás factores que puedan incrementar o disminuir dicha mortalidad.
Muchas veces la causa de la muerte no es la herida que le produce el anzuelo sino el cansancio y la tensión que le produce la captura, por eso es importante devolver los peces rápida y eficazmente.N o basta con devolver a los peces al agua hay que devolverlos en buenas condiciones, que no mueran unas horas o unos pocos días después a causa del daño recibido durante la pelea o al ser liberados del anzuelo.
1. No agotes totalmente al pez. No utilices hilos extremadamente finos.
2. Utiliza una sacadera, que sea de malla sin nudos para no dañar su piel, si no la tienes tratá de tocarlo lo menos posible. Si es necesario primero mojate bien las manos, (eliminarás menos mucosa del pez que le protege de enfermedades, mejora su hidrodinamia) y sostenlo dentro del agua, apoyándolo sobre la palma de la mano, sin apretarlo.
3. Utiliza forceps. No introduzcas tus dedos u objetos en la cavidad de las branquias ("agallas").
4. Utiliza anzuelo sin muerte o sin arponcillo.
5. Si la extracción es dificultosa cortá la línea cerca de la boca del pez. No tironees del anzuelo.
6. Si el pez encuentra dificultad para su recuperación, colocarlo enfrente a la corriente y moverlo suavemente hacia adelante y hacia atrás, alternativamente, de tal forma que penetre agua fresca por su boca y salga hacia atrás por debajo de los opérculos o agallas. Si lo sueltas de inmediato en la corriente el agua lo arrastrará golpeandolo contra las piedras.
7. No lo golpees ni lo arrojes. Siempre deja que el pez se escape por sus propios medios después de recuperarse.
8. Si has de hacer una fotografia, ha de ser un gesto inmediato y es conveniente que no extraigas al pez del agua mientras preparas la instantanea.
Esperemos que poco a poco contando con las nuevas generaciones la filosofía de tomar tan solo lo necesario, sin esquilmar a nuestra generosa madre naturaleza, -es decir, el desarrollo sostenido- vaya calando en la sociedad.
Salud
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